28.8.06

casi en casa

Estoy en Miami desde las seis hasta las nueve de la tarde. Ernesto podría llegar mañana, porque se acaba de desviar, así que qué bueno que logré volar esta noche. Mientras espero, miro CNN, leo las tapas de los diarios, de a poco me meto de nuevo en la realidad.

Acá tuve que hacer migraciones. Qué sensación rara cuando el agente, muy simpático él, me dijo: "Bienvenido de vuelta a casa".

También -además de no se puede tener ningún líquido, gel o pasta en el equipaje de mano- me pararon a hacerme ¡un test de explosivos! en el bolsito. El tipo le pasó un papel circular por dentro y luego lo puso en una máquina que, por suerte, no activó ninguna sirena ni luz roja ni nada.

Me queda una hora de espera más tres de vuelo más dos de subte y ya estoy agotado. Cuando llegue a NYC, compraré la tarjeta mensual de subte e intentaré -como siempre- despertarme justo antes de mi parada.

Welcome back home...

***

(Una hora después, la puerta D40 donde iba a abordar mi vuelo se llenó de gente apurada por sumarse a la lista de pasajeros, a pesar de estar sólo en lista de espera, y la compañía empezó a ofrecer vouchers de $300 a quienes aceptaran quedarse en Miami hasta el día siguiente. Me tentó, pero mejor no quedarse a ver a qué hora llegaba el huracán).

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