27.8.06

pobre Managua

La primera impresión de Managua es que enseguida me dijeron que tuviera cuidado de no caminar solo por ahí. Llegué el sábado 26, compré el pasaje para este bus donde escribo a la mañana siguiente, conseguí alojamiento para la única noche allí, y me enfrentaba a dos opciones: una era pasarme la tarde en un shopping center cercano, comiendo en el patio de comidas, navegando en internet y hasta quizás viendo "Los Calientabancas"; la otra, ir hasta lago de Managua a unas cuadras de allí y ver los edificios y monumentos más significativos.

Desde el shopping, el lago y la antigua catedral se veían cerca. Y me tenía de muy mal humor no poder ir a recorrer. Así que hice de tripas corazón, metí los dólares abajo del cinto y dejé córdobas a mano por si me choreaban... y salí, dejando a mis espaldas la negra silueta de Sandino, el "general de hombres libres", que se recorta contra la Loma de Tiscapa, al lado del hotel Crowne Plaza, que tiene forma de pirámide maya.

Para ahorrarles el suspenso, fui y vine sin incidentes. Pero me quedé con una pesadez en el alma de ver un distrito tan desolado como ese. Managua tuvo terremotos en 1931 y 1972, la revolución sandinista en el '78 y '79 y las inundaciones del huracán Mitch en 1998. De resultas, lo que antes era el centro es una extraña combinación de baldíos y edificios oficiales (Cancillería, ministerio de Hacienda, Presidencia, Asamblea Nacional), solitarios, cada uno en una manzana. El único edificio alto en toda la ciudad es uno de oficinas de la Asamblea. Tan desolado y silencioso es todo que yo iba solo por el frente de la Asamblea, como cuando era chico, golpeando un palito ("tiriririririri...") contra las rejas.

En la plaza, donde aunque sea había algunas parejas apretando, está la tumba de Carlos Fonseca Amador, fundador del Frente Sandinista, que murió antes del triunfo revolucionario. También hay un monumento muy elocuente a los obreros y campesinos (los únicos que "lucharán hasta el final", dice una frase de Sandino en el pedestal), que es un tipo con una ametralladora en alto, rodeado de mástiles con banderas rojinegras. (Les debo las fotos por el zogaca de andar con la cámara encima).

La catedral, abandonada tras el segundo terremoto, es también impresionante. Un cascarón con dos campanarios y marcas de balazos en la fachada.

El dueño del hotel me explicó que como esa zona -y la vecina donde estábamos- "tiembla mucho", el centro de la ciudad ahora estaba en otra parte, y el antiguo centro quedó así. Muy raro.

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