22.8.06

adoquines de dulce de leche

Los israelíes que uno se encuentra viajando por ahí, había sido, muchas veces son jóvenes recién salidos del servicio militar obligatorio. Las dos chicas del grupo con el que llegué acá (las dos se llaman Daphne) me contaban que es casi una tradición salir de viaje cuando terminás. Ellas recién terminaban dos años de colimba, donde a veces iban a la casa los fines de semana y parece que más al final estaban sueltas más tiempo. Los hombres hacen tres años, pero ese sexismo no les molestaba para nada, je.

Ahora, hace tres meses que empezaron su travesía desde México. Se van hasta Panamá, de ahí vuelan a Perú y siguen hasta Buenos Aires por tierra. Con todas las relativas privaciones que uno pasa en estos viajes, cuando hablaban de Buenos Aires -donde se quieren quedar como seis meses- se les iluminaba la cara. "¿Ahí se puede tirar el papel higiénico en el inodoro?", me preguntó una, ilusionada, como si preguntara si era cierto que las calles son de caramelo o algo así... Jajaj...

Pero también se morían por alfajores, facturas, carne, vino, etc., y yo no hice nada por aminorar sus ilusiones, ya que comparado en precio y gratificación, si yo fuera israelí, me pasaría todo el viaje en Buenos Aires.

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