15.7.06

Titanes en el ring

Uno de los highlights de mi estadía en el D.F. fue la noche que Carlos y Alfredo (un gran luchador que nunca llegó a ser) me llevaron a la Arena a ver las luchas. Aprendí que los tradicionales buenos y malos acá se llaman los técnicos y los rudos. Y que cada uno tiene su propia hinchada (hay que gritar: “los rudos, los rudos, los RU-dossss...”). Que las señoritas que anunciaban las caídas (las peleas suelen ser a tres caídas) están bastante buenas. Que como en todos los países del mundo, hay un presentador/anunciador (“Lucharáaaannn...”) que es el mismo hace muchos años.

Como en todos los espectáculos de lucha, hay gente que no cree que sea en serio y hay gente que jura y rejura que sí. Yo estaba más para el lado de los primeros, pero hubo momentos en que no podía creer lo que estaba viendo, tanto por los golpes que se dieron como por la altísima calidad técnica de estos acróbatas/atletas/showmen.

Hay maniobras totalmente fantásticas en que los tipos rebotan de las cuerdas al ring al piso al torso del rival, etc. en movimientos que uno no sabía que un ser humano podía hacer. Es como mirar gimnasia artística en las Olimpíadas, pero con el aditamento de que el objetivo, en lugar de aterrizar parado en la viga o dar una voltereta sobre el potro, es “partirle la madre” al adversario.

Y también hay momentos del más absoluto y literal arrojo: cuando uno de los luchadores se arroja desde el ring, volando por encima de las cuerdas, para caerle encima al rival que está parado en el ringside, adelante de los espectadores. Estará ensayado y todo lo que quieran, pero en semejantes casos, no se puede decir que estén simulando.

Lo que sí es igual a todas las luchas en todo el mundo es el fingido cansancio o debilidad del luchador que se está dejando pegar y hacer lo que quiera el o los rivales. Es un tanto gracioso, pero lo vi como una suerte de coreografía, donde uno se deja llevar por el otro mientras preparan un paso que asombrará al público.

Esa noche, hasta hubo un accidente, cuando estaban intentando una maniobra dificilísima dos luchadores subidos al rincón de las cuerdas y a uno se le resbaló un pie y se cayeron desde esa altura al suelo del ringside. A uno se lo llevaron en camilla de inmediato... y el show, por supuesto, continuó.

3 Comments:

Blogger aLe dávaLos said...

unas compañeras hicieron un reportaje acerca de esto y lo titularon "lucha libre, del porrazo a la faramalla" y si la verdad es que a pesar de que muchos de sus movimientos están estudiados y muy bien coordinados, no se salvan de unos buenos golpes y cuando hay sangre es completamente real. Saludos

10:43 p.m.  
Blogger DG said...

Para mí y la audiencia argentina... ¿qué es faramalla?

4:08 p.m.  
Blogger La Maz said...

chou mi amor, chou.

La RAE es más específica: faramalla.
(Del ant. farmalio, engaño, y este del lat. hisp. malfarium, crimen; cf. fario).

beso,
PN

8:59 p.m.  

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