buscando la cena en la oscuridad
Como a la noche acá en Madera no hay comida, si uno no compró algo para cenar hay que caminar por la playa a oscuras hasta algún lado donde haya cena, que dependiendo del día, puede ser de uno a tres.
Lo interesante de la experiencia cenatorial es la caminata. Selva oscura, impenetrable, negra, puntuada por alguna luciérnaga, de un lado. El mar ruidoso, borboteante y las rocas traicioneras, filosas y resbalosas, del otro. Sin linterna, vas muerto. Ayer, incluso con el último resplandor del sol desde abajo del horizonte, me tropecé y me saqué un pedazo de uña de un pulgar.
Igual, está bueno, en los trechos que son sólo arena, apagar la luz y caminar en la oscuridad que no te deja ver ni las manos. Es una mezcla de encantamiento, principio de susto y libertad absoluta que vale la pena otra uña.
Lo interesante de la experiencia cenatorial es la caminata. Selva oscura, impenetrable, negra, puntuada por alguna luciérnaga, de un lado. El mar ruidoso, borboteante y las rocas traicioneras, filosas y resbalosas, del otro. Sin linterna, vas muerto. Ayer, incluso con el último resplandor del sol desde abajo del horizonte, me tropecé y me saqué un pedazo de uña de un pulgar.
Igual, está bueno, en los trechos que son sólo arena, apagar la luz y caminar en la oscuridad que no te deja ver ni las manos. Es una mezcla de encantamiento, principio de susto y libertad absoluta que vale la pena otra uña.
1 Comments:
lindos relatos, diego. es una pavada esto, pero estamos como viajando juntos, ponele, en tus historias.
salutes.
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