17.7.06

la sultana del norte

Paso a postear breve, porque si no, nunca voy a alcanzarme a mí mismo y, además, se me está haciendo difícil escribir sobre lo que pasó hace una semana (que parece un mes).

Hace una semana fue el abrupto desvío en que la Pumanovia me convenció de cambiar por primera vez un pasaje de bus que nunca usaría. Iba a salir a México desde Monterrey el lunes pasado y, por arte de magia, terminé en Reynosa esa misma noche. (Luego completo esa parte).

En Monterrey, casi me salen ruedas. Es autopista + autopista + autopista... La Sultana del Norte es una metrópoli industrial, próspera, de la mitad del país que vota por el Pan de Fox y Felipe Calderón. En cierto modo, es una ciudad yanqui llena de mexicanos, con suburbios, barrios cerrados, malls y todo eso. Allí también se cumple la obsesión mexicana por los mástiles y banderas enormes; en este caso, en el cerro del Obispado, donde las parejas van en auto a chapar hasta que se empañen los vidrios.

Conocí también García (en la foto, "árboles de la vida" de Metepec, Estado de México, en el museo local) y Villa de Santiago, (foto 2) dos pueblitos cercanos y pintorescos; comí cabrito, obligatorio en el norte; conocí amigos y un chorro (mex. montón) de parientes de la PN.


Lamentablemente, porque los restoranes suelen cerrar los lunes, en mi último día no pude cumplir el mandato materno de ir al Neuquén... quedó pendiente para la próxima.

Si alguien se está preguntando cómo mi mamá sabe el nombre de un restorán argentino en Monterrey, México, sólo puedo decirles que las madres lo saben todo...

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