8.8.06

lo que no pudo hacer Menem

Me bajé en la frontera para salir formalmente de Guatemala, y me rodearon como diez arbolitos (arg. cambistas informales). Hice mi trámite y después cambié los pocos quetzales que me quedaban (menos un billete y una moneda, de recuerdo), por un dólar. Les pregunto a cuánto se cambia y cómo se llama la moneda salvadoreña. Craso error: me olvidé que hace tres años que el país está dolarizado.

Me dio como lástima.

Como las cosas son más baratas que en USA, acá sí sirven los pennies (gring. centavos), así que si vuelvo por estos lares, la próxima traigo el tarro de monedas que tengo en la mesa de luz.

* * *
Ah, además, en El Salvador no hice migraciones. No sé si es porque tendrán unificado el sistema con el resto de Centroamérica, me late que no. Pero el hecho es que una agente se subió al bus, miró los pasaportes de todos y se bajó sin más. Ni cuando iba a comprar zapatillas a Paraguay entré con tan poco esfuerzo a un país.
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Eso sí, los colectivos inter-pueblos acá sí tienen boletos, precio fijo y ¡hasta números de línea!

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