San Pedro, San Marcos, San Tiago...
Voy a paso redoblado recorriendo Guatemala, donde no he dormido dos noches en el mismo pueblo. Es un país muy lindo, en serio, pero yo quiero surfear el lunes en El Salvador. Si el caprichoso Dios de los Transportes Centroamericanos me sonríe, lo lograré.
Después de San Marcos, me quedé en San Pedro La Laguna y también visité Santiago Atitlán. Ya eran pueblos más grandes que aquel, ambos también a la vera del Lago Atitlán.
San Pedro también tiene muchos gringos, pero la cosa es más repartida: también hay hoteles y restaurantes que son de gente local. Recorrí el centro, la plaza, el mercado (en una hora como mucho), todo bastante pobre. Además, me compré un termito chino de medio litro, ideal para viajar.
Me impresionó que por TODO el pueblo hay carteles pintados en las paredes de tinte cristiano evangélico: "Cristo es tu única esperanza", y otros menos tremendos. También en una tienda, estaban escuchando hip hop cristiano en español.
Santiago, en cambio, es conocido por el culto a Mashimón, que es la adaptación maya de San Simón. Es en una pieza al frente de una casa privada, donde tienen al santo con sombrero, camisas y muchas corbatas colgando. Le ponen plata y velas y, creo, bebidas y cigarros (estaba medio oscuro ahí adentro).
Cuando fui, había seis tipos allí. Uno, arrodillado frente al santo, rezaba en voz alta en tz'utujil (supongo) y revoleaba un incensario. Uno fumaba. Otro se acostó en un banco. Entraron un par de gringos traídos por un guía local y éste les explicó en voz apenas baja de qué iba la cosa, lo que me pareció irrespetuoso, pero no sé si será normal. Igual, todos los visitantes le dejamos algo de plata al santo y a sus adoradores.
En Santiago era día de mercado, así que había MUCHOS TAPICES MUY LINDOS, ;-), como los que le gustan a mi mamá.
Lo copado es que, para ir hasta ahí desde San Pedro, hay que cruzar el lago en barco o lancha, así que es un paseo bien chido.
Después de San Marcos, me quedé en San Pedro La Laguna y también visité Santiago Atitlán. Ya eran pueblos más grandes que aquel, ambos también a la vera del Lago Atitlán.
San Pedro también tiene muchos gringos, pero la cosa es más repartida: también hay hoteles y restaurantes que son de gente local. Recorrí el centro, la plaza, el mercado (en una hora como mucho), todo bastante pobre. Además, me compré un termito chino de medio litro, ideal para viajar.
Me impresionó que por TODO el pueblo hay carteles pintados en las paredes de tinte cristiano evangélico: "Cristo es tu única esperanza", y otros menos tremendos. También en una tienda, estaban escuchando hip hop cristiano en español.
Santiago, en cambio, es conocido por el culto a Mashimón, que es la adaptación maya de San Simón. Es en una pieza al frente de una casa privada, donde tienen al santo con sombrero, camisas y muchas corbatas colgando. Le ponen plata y velas y, creo, bebidas y cigarros (estaba medio oscuro ahí adentro).
Cuando fui, había seis tipos allí. Uno, arrodillado frente al santo, rezaba en voz alta en tz'utujil (supongo) y revoleaba un incensario. Uno fumaba. Otro se acostó en un banco. Entraron un par de gringos traídos por un guía local y éste les explicó en voz apenas baja de qué iba la cosa, lo que me pareció irrespetuoso, pero no sé si será normal. Igual, todos los visitantes le dejamos algo de plata al santo y a sus adoradores.
En Santiago era día de mercado, así que había MUCHOS TAPICES MUY LINDOS, ;-), como los que le gustan a mi mamá.
Lo copado es que, para ir hasta ahí desde San Pedro, hay que cruzar el lago en barco o lancha, así que es un paseo bien chido.
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