17.7.06

on the road

Llegó el segundo cambio de boleto. Demostrando sus habilidades encantatorias, la Pumanovia me llevó hipnotizado a la terminal de camiones (mex. autobuses) a renunciar a mi derecho a viajar al D.F. para de allí conectar a Oaxaca.

A cambio de eso, fui sumado al contingente familiar que emprendió ese miércoles de tarde una travesía vertical por el territorio mexicano que duró casi dos días (y terminó en Oaxaca, ¡sí!).

Cruzamos los estados de Tamaulipas, Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí, Estado de México, Tlaxcala, Hidalgo, Puebla y quizás alguno más. Pasamos una noche en la ciudad de Puebla, que está bastante linda, aunque no viéramos tanto. Eso sí, saqué una linda foto de la Catedral y la fuente de la plaza, como podrán observar.

En la ruta pudimos comprobar que en México hay iglesias por todos lados. Y que es muy difícil fotografiarlas desde la ruta sin que un camión o una loma o un puente se cruce enfrente. Por gentileza de mis anfitriones, participé en una especie de carrera de postas por los Holiday Inn Express de la República Mexicana, a consecuencia de la cual cuento con un aprovisionamiento de jabones exfoliantes que durará todo el viaje.

También aprendí -al ver tantos carteles de ruta que decían "ejido X", "ejido Z"- que en México desde la Revolución se instituyeron los ejidos como una figura legal de propiedad colectiva, comunitaria de la tierra, la cual no se puede vender. Me preguntaron si había algo así en Argentina, por los únicos ejidos allá son los t-ejidos que hace Luciano Benetton con las ovejas de sus estancias que abarcan media Patagonia (la otra mitad es de Ted Turner).

Es que, a pesar de que un tercio de ellos votó al neoliberal Calderón, los mexicanos tienen una herencia muy fuerte de izquierdas, gracias a la Revolución, a la Reforma, etc. Como parte de esa herencia, los nombres de algunos pueblos por los que pasamos: Libertad Campesina, Francisco Villa... (foto: Pumanovia) y otro acá en Chiapas, llamado Reforma Agraria.

3 Comments:

Blogger c. said...

En la tierra que hay detrás de mis ojos,
Un caudillo vive en pie de lucha
Defendiendo pueblos enteros de ideas mudas,
Asesinadas por ser diferentes a las de otros.
En el ejido en medio de mis oídos,
Lisiadas filas de pensamientos,
Se han decidido a celebrar sus diferencias,
Pues no entienden del afán de ser todos iguales.

Flores del color de la mentira, C.T.

Quedó, por fin, clarísimo.

9:31 a.m.  
Blogger c. said...

diego! dónde están mis otros comentarios??

yo dejé uno en cada post...

ufa.

12:29 a.m.  
Blogger DG said...

Caro, nao pode ser... yo había cometido el error de requerir edición, pero después eliminé eso y publiqué todos y cada uno de los cuatro que había...
desde entonces, están publicándose solitos solitos...
besos

2:56 p.m.  

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