Receta para no querer volver a la civilización

2. En ayunas, caminar por la calle en medio del monte durante 20 minutos hasta la playa.
3. Pedirle la tabla alquilada al sereno, porque la gente de la palapa (mex. quincho) todavía no llegó. Surfear dos horas y pico, ser mordido, picado o cómo sea, por aguavivas en repetidas ocasiones, correr unas cuantas olas -algunas, de inédita calidad-, cansarse sin agotarse porque no hay necesidad: hay más por venir.

5. Despacito, volver caminando al pueblo, cruzarse en el camino con lagartijas, pájaros de todos colores, mariposas, niños y mujeres del pueblo, surferos, una mujer que canta a toda garganta afuera de su casa ("Vivir desesperado, vivir atormentado...")

1 Comments:
Aclároles que las fotos son prueba de que me estoy convirtiendo en un maestro del autorretrato, ya que las saqué en automático a la del catre y de la hamaca.
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