Retiro espiritual
Mis vacaciones surferas, contra lo que alguno pueda pensar (Gastón, Román...), son bastante ascéticas.
Más o menos, un día típico va así: me levanto, como una banana, voy a surfear hasta el mediodía, vuelvo a almorzar, descanso, escribo, leo, me voy a surfear hasta el atardecer, vuelvo, me baño, ceno, a veces tomo una cerveza (el presupuesto no da para emborracharse todos los días), y ya tengo sueño y me voy a dormir.
Sobre todo los primeros días, me duelen todos los músculos del cuerpo, tengo raspones en la panza y rodillas y, ahora, tajitos en los pies (porque alquilé una tabla maltrecha). Eso sí, hasta ahora no me quemé con el sol.
Ah, y mi lectura actual, que espero terminar antes del final del viaje, es nada menos que Historia Contemporánea de América Latina, del honorable Tulio Halperín Donghi, que por número de páginas (764), estilo y densidad, está muy lejos de ser un libro de verano.
Más o menos, un día típico va así: me levanto, como una banana, voy a surfear hasta el mediodía, vuelvo a almorzar, descanso, escribo, leo, me voy a surfear hasta el atardecer, vuelvo, me baño, ceno, a veces tomo una cerveza (el presupuesto no da para emborracharse todos los días), y ya tengo sueño y me voy a dormir.
Sobre todo los primeros días, me duelen todos los músculos del cuerpo, tengo raspones en la panza y rodillas y, ahora, tajitos en los pies (porque alquilé una tabla maltrecha). Eso sí, hasta ahora no me quemé con el sol.
Ah, y mi lectura actual, que espero terminar antes del final del viaje, es nada menos que Historia Contemporánea de América Latina, del honorable Tulio Halperín Donghi, que por número de páginas (764), estilo y densidad, está muy lejos de ser un libro de verano.
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