19.7.06

Escondido estaba, atrás de la curva

El viaje a Puerto Escondido consistió en 7 1/2 horas en un autobús decente, desde las 23 del lunes 17.

Me habían advertido -un relato en internet de otro mochilero argentino- que el camino estaba lleno de curvas. Pero no pensé que al punto de no dejarme dormir. Dormité todo el viaje y llegué agotado.

La fuerza centrífuga te puede hacer caer más que la ley de gravedad, había sido. Hubo una curva que me despertó al grito mental de "¡Nos damos vuelta!". Obviamente, nunca pasó a mayores, pero fue una experiencia inolvidable, jaj...

Aprendí a agarrarme como un mono o una araña de cuatro patas al asiento mío y al de adelante, para prevenir caerme hacia un lado o el otro, ya que los giros eran imprevistos y muchas veces, uno tras otro, como cachetada de loco.

0 Comments:

Publicar un comentario

<< Home